jueves, mayo 25, 2006

Patria



Salvar nuestra palabra,
nuestra palabra primordial,
captar los latigazos del instante,
no perder la capacidad de reacción,
creer firmemente en "la insurrección
como garantía de los pueblos",
"presenciar todas las agonías"
crear al hombre necesario
encontrar la exacta dimensión de esta rabia
enterrar y gritar valientemente, a tiempo
confirmar, ante la historia que
"la civilización no es más
que una injusticia armada".






Un sonido terrible
de dolores precede
la aurora enrojecida
por la sangre del hombre".
(Pablo Neruda)
En esta hora lluviosa,
humosa de la patria,
tu Patria,
Nuestra Patria,
debemos recordar
que "nadie es la patria".
Ni América.
Ni tú. Ni nadie.
Sino todos, jineteando sueños
como el barco ebrio
del Vidente,
perdido entre los mares,
en espera de aquella aurora,
cuando
"armados de
una ardiente paciencia,
entraremos en espléndidas ciudades".
(Arthur Rimbaud)


Hasta que la palabra
caiga en otra franja fecunda
que es como decir la vida.
En esta hora de escombros,
cuya brújula parece desguarnecida,
enloquecida,
volvamos al hambre
que cobija nuestra sombra
desde este ruedo fantasmal del pobre.

Como la pólvora
en los cartuchos
de los revólveres congelados,
plantadores de árboles de humo
en la floresta del incendio.
Como la angustia de una espada
y el puño del pan magro
que tragan los muchachos
sucios de sombra y de sueños,
mineros de la muerte
en la cantera de la aurora,
y los harapos de las madres,
higueras de los cielos abrasados.
( Gonzalo Escudero )
Entre el pavoroso tesoro
del hambriento,
el eterno basural de los zamuros,
boca buscando vida a dentelladas,
buscando libertad,
buscando aurora,
hambre embistiendo
en ciegas oleadas
que sólo pan y soledad devora.
Es la mano del hambre
la que guía este sordo destino,
esta aventura por donde el hombre
asoma cada día
como una indominable dentadura.
En el ruedo del hambre y de
la lluvia se agiganta
la sombra de la muerte.
( Leopoldo de Luis. Pablo Mora ).
Pan, Libertad, Dios, paz, olvido,
día a día buscando por sustento,
y hombre a hombre,
como un niño perdido,
como un instinto
de animal hambriento.
Amargo pan,
la libertad negada,
amor que es odio,
paz que es turbia guerra,
seco rencor que nunca olvida nada,
Dios que desde su altura nos destierra.
Cuanto tocan los dientes con su frío
se vuelve masa de amargor y hastío.
¡Sólo comemos soledad y pena!
( Leopoldo de Luis )
Pan pide la mano cerrada
y la mano extendida,
la que amenaza y la que codicia,
la que acaricia,
la que cocina,
la proletaria y la patria.
Seguimos con el hambre.
Seguimos con el hambre todavía.
( León Felipe )
El hambre es el primero
de los mandamientos.
Tener hambre es
la cosa primera que se aprende.
Por hambre vuelve
el hombre sobre sus laberintos.
Donde la vida habita
siniestramente sola.
( Miguel Hernández )
Madre antigua y
atroz de la incestuosa guerra,
borrado sea tu
nombre de la faz de la tierra.
( Jorge Luis Borges )

Fragmentos seleccionados
por el poeta Pablo Mora.

No hay comentarios.: