sábado, mayo 20, 2006

El Còdigo Gataflora Parte I



Gatafloradetar




























Leì el Còdigo Da Vinci el verano pasado.
Bah, lo devorè.
Con la"La Noche del Oràculo"
escrito por Paul Auster y
compañero de mis vacaciones de verano 2005,
sucediò lo contrario.
¿Marketing mata calidad?.
Me domestiquè , perdòn, eduquè, en una
escuela Catòlica Apostòlica Romana.
Dice mi mamà(mamààààààààààààà!!!!) que yo la elegì.
Como siempre, mamà estaba en otra sintonìa.
No es la elegida ideal para un registro minucioso de
la historia familiar, por ejemplo. Pobre mamà. Distraìda.
Papà, al que me unìa
un MEGA EDIPO, parece que tambièn.
¿Despistados? ¿Distraìdos?.Perversos?
¿Quièn puede tirar la primera piedra?
Parece distracciòn.Las pruebas cantan.
Mi hermano Lucho es la prueba.
Hermano de vientre.Se olvidaron.
Sì se olvidaron de contarme
que se olvidaron de èl.
Recièn se acordò mamà
treinta años despuès.
Otra que le Còdigo Da Vinci.
Desentrañar una ominosa historia familiar,
que tal vez sea parecida a la suya, asì que no se horrorice tanto!
es una empresa harto imposible como encontrar el Santo Grial.
Me domesticaron, decìa,
unas hermanas pertencientes a
la Orden de las Siervas del Señor,
que habìan escapado de la guerra alemana
segùn circula en el imaginario colectivo.
Monjas alemanas para educar a la nena.
Podrìan haber probado con algo mas ligth?
La KGB por ej?
Sigue diciendo mamà en los àsperos diàlogos
durante los cuales me convierto en una nena de 6 y mamà
los disfruta porque eso es lo que desea, que fue mi elecciòn.
Tomà pa vò.
Dice que me gustaban las monjitas, el hàbito.
Todo tapadito.
Manto sobre manto.Creo que mi gusto
por las faldas largas viene de allì.Eso sì , faldas laicas.
Solo podìamos mostrar
los pecados ante el
sacerdote.
No si si Dios o el Maligno tendrà al Padre Kauffman en la gloria.
AGNOSTICA?!
Sì!!! Adivinò.No lleguè al suicidio!!!
En fin. Misterio.
Què ocultaban los ropajes, los telones,
las cortinas , los metros y metros de telas de diferentes texturas
destinadas a cubrir...el pecado?
Me domesticaron hermanas todas tapadas.Manto sobre manto.
Hasta las orejas tenian tapadas!!!
Solo los ojos y la boca expuestas.
Ojos para mirarnos a nosotras
( no era mixto), nosotras...
prueba de la chanchada que habìan
hecho nuestros padres ...puaj.
Nostras...las pruebas del pecado.
Por menos habìan echado a Adàn y
a Eva del Edèn.
Nosotras , niñas de seis años a las que habìa que domesticar
utilizando para la clase de religiòn unas làminas en hule
en las cuales un piròmano habìa pintado el
infierno y reìte de la Divina Comedia.
No cometerìamos pecados.Caso contrario irìamos
a parar a ese Apocalipsis hecho làmina
que lo menos que te provocaba era insomnio.
Todo era pecado.
Ahora bien, què era eso que llamaban pecado?.

Esta somera descripciòn de la impronta que tiñò
mi infancia y el resto de mi vida, està relacionada con
el tema de lo oculto, lo que hay que descifrar, el
buscar descubrir algo màs allà de la historia oficial.
Cada uno tiene la tara que puede!
Para finalizar la receta de domesticar a una niña
plagada de temores,
alejada de su hermano desconocido pero conocido,
contextualicemos en èpocas de gobiernos dictatoriales,
durante los cuales ,
al decir de un padre peronista grosso,
habìa que callar para salvar la vida.
Y que tiene que ver esto con el Còdigo Da Vinci.
No sè.Un catzo.
Tal vez inconscientemente busquè
en la lectura del Còdigo Da Vinci, la apertura
que me habìan brindado
en otros perìodos de mi vida , otros libros,
como por ejemplo "El Evangelio segùn Jesucristo"
de Josè Saramago, que literalmente "me partiò el cerebro".
El tema es lo que generò
el mensaje de Josè Saramago en mi mente.
Lo ùnico que no dijo la Iglesia
de Josè Saramago, fue "hereje".
Razòn por la cual, su amigo
Carlos Fuentes sì lo hizo.
Muchos años antes habìa leìdo-
El Evangelio según Van Hutten, de Abelardo
Castillo, e hizo que intentara
desasnarme respecto de los esenios,
los manuscritos de Qram, el arameo y Cìa.
Un denominador comùn,
que va mas allà del Priorato de Siòn, del Opus la imagen de una mujer,
Aspectos insólitos y desconocidos para la gran mayoría,
sobre la figura de María Magdalena o
Myriam la de Magdala,
como se le conocía en el Nuevo testamento de la Biblia.
La presencia de una mujer, mas real, màs activa ,
màs atractiva. màs real.
Ya no pecadora, sino MUJER en perfecta armonìa
con su opuesto complementario.
Si hasta Sabina escribiò un tema para ella!
En el libro MARÍA MAGDALENA CONDENADA
de Martín Mazora,Editorial Simurg
el autor se plantea"
¿Cómo entender que una entera civilización
haya aceptado la imagen del hijo crucificado,
resignándose a la idea del abandono paterno,
y que incluso haya sublimado
semejante desamparo haciendo
de la cruz el emblema del amor divino?"
Esta pregunta es el eje de María Magdalena condenada,
novela que conjuga la intensa interrogación filosófica
con la vibración religiosa y un lenguaje de lirismo cautivador.
Resulta inexcusable la referencia a
El Evangelio según Jesucristo, de José Saramago,
tanto por afinidades en la tesis del libro,
como por los ritmos de la escritura y la
construcción de algunos personajes, en especial,
el de María Magdalena y su vínculo con Jesús.
En Marìa Magdalena Condenada Jesùs crucificado,
ha dejado una discípula insobornable: la mujer a la que ha amado y
que lo amó por sobre todo,
la que renunció a su vida de prostituta y logró perdonarse a sí misma:
María de Magdalena.
Magdalena persistirá hasta el fin en la lucha contra ese
Dios que ha concebido un mundo gobernado
por la crueldad y que ha sido capaz de permitir (o digitar)
la tortura y la muerte de la más perfecta de sus criaturas.
La elección de Magdalena es condenarse frente a ese Señor,
por amor a los humanos.
Tal vez ésa, señala el Epílogo en una insólita vuelta de tuerca,
haya sido la más secreta astucia de un Dios
que se arrepiente del orden de su creación:
quizá, "el séptimo día, una vez concluida la obra,
entrando en su corazón se haya hecho una promesa.
Quien quiera salvar su alma la perderá,
quien se condene por amor a los suyos, ése vendrá conmigo".
(LA NACION LINE,Domingo, 15 de agosto de 2004,
Suplemento Cultura, Reseña de María Rosa Lojo para La Nación.
Retornando a Dan Brown,pone en escena un golpe al Santo Grial.
Este último -según la novela- no es,
como la tradición siempre ha creído,
una copa en que fue recogida la
Sangre de Cristo, sino una persona,
María Magdalena, la verdadera “copa” que ha tenido
en sí la sang réal -en francés antiguo, la “sangre real”
del Santo Grial- esto es, los hijos
que Jesucristo le había dado.
La tumba perdida de la Magdalena es por tanto el
verdadero Santo Grial.
Nos enteramos además de que Jesucristo había confiado la
Iglesia, que debería haber proclamado
la prioridad del principio femenino, no a san Pedro sino
a su mujer María Magdalena, y que nunca había pretendido ser Dios.
Habría sido el Emperador Constantino (280-337)
el que reinventara un nuevo cristianismo
suprimiendo el elemento femenino,
proclamando que Jesucristo era Dios y haciendo
ratificar sus ideas patriarcales,
autoritarias y anti-feministas en el Concilio de Nicea (325).
El plan presupone que sea suprimida
la verdad sobre Jesucristo y sobre su matrimonio y
que su descendencia sea suprimida físicamente.
El primer objetivo está conseguido
eligiendo cuatro evangelios “inocuos"
entre las decenas que existen, y proclamando
“heréticos” los demás evangelios “gnósticos”
algunos de los cuales habrían puesto sobre
la pista del matrimonio entre Jesús y la Magdalena.
Respecto al segundo, para desgracia
de Constantino y de la Iglesia católica,
los descendientes físicos de Jesús escapan a su
exterminio y siglos después
consiguen incluso apoderarse del trono de Francia
con el nombre de merovingios.
La Iglesia consigue hacer asesinar un buen número de
merovingios a través de los carolingios,
que los sustituyen, pero nace una organización
misteriosa, el Priorato de Sión,
para proteger la descendencia de Jesús y su secreto.
Al Priorato se unen
los templarios -perseguidos por esto-
y más tarde también la masonería.
Algunos de entre los más eruditos y
artistas de la historia han sido Grandes Maestros
del Priorato de Siòn, entre ellos, Leonardo
Da Vinci.


To be continued










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